22.2.09
Aquí nos vemos - John Berger
No creo que le den el Nobel a Berger. Escribe demasiado bien, con sensibilidad y lucidez. Libros como este lo reconcilian a uno con la humanidad. He dicho.
La niña del pelo raro - David Foster Wallace
Dormía en una de las cajas de libros que tengo para regalar, vender, tirar. Decidí darle una oportunidad. Y la verdad es que tiene una primera página tremenda, inolvidable. Casi al borde las lágrimas, me pregunté qué sentido tiene todo después de esos párrafos. Y ni siquiera había dado vuelta la primera página.
Claro, después de un comienzo así, a lo mejor se desdibuja un poco la prosa, las historias se vuelven fofas, y la cantidad de referencias a la cultura pop norteamericana cansan. Cada relato es denso, gordo, gratuito. El que da título al libro es un sinsentido mórbido, como una especie de versión de "American Psycho". Y el relato sobre el presidente Lyndon está bueno. No mucho más.
Ah! Vuelve a la caja!
Diario de un libertino - Rubem Fonseca
Gracias a la Naturaleza existe Fonseca, y gracias a él que escribe. A uno lo reconcilia con la literatura y con la vida una novela como esta. Divertida, policial, sexual. Un fracasado, muchas mujeres calientes, qué más. Una especie de diario personal lleno de reflexiones interesantes y muchas polémicas. Qué suerte que tengo más libros de Fonseca en mi biblioteca, los cuales aún me aguardan en su envoltorio de celofán.
15.2.09
El Códice Azteca - John Mayor Jenkins y Martin Matz
Señores editores: dejen de jugar con nuestra inteligencia. Os lo ruego. Este libro hace hervir la sangre de la indignación. Y representa el soberano desprecio hacia las culturas precolombinas.
Un hippie dice que tiene un códice y escribe unos capítulos (por lo menos cuatro) con lo maravilloso que es él mismo. Después el tal Jenkins hace que analiza ese códice, y me llené las bolas.
12.2.09
Abril Rojo - Santiago Roncagliolo
10.2.09
El enigma sagrado - Michael Baigeant y otros
Uff... laaargo... repetitivo... todo para concluir que la Magdalena tuvo hijos con Cristo y sus descendientes son parte de una realeza europea hoy desplazada. Estos monárquicos no descansan. ¿Imaginan a un descendiente de Jesús camionero, o lavacopas? Pues no, son nobles, che. Me tienen podrido. Por lo menos, los autores se llenaron de guita con esta sarta de pavadas. Y sí, es interesante también.
A la sombra del granado - Tariq Ali
El barón rampante - Italo Calvino
El Imperio - Ryszard Kapuscinski
Ser padre es cosa de hombres - Sergio Sinay
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