Delirio - Laura Restrepo

No sé si alguien ha leído todos mis posts en este blog. En este último año he seguido mucho a Restrepo y a Fonseca. El año pasado, cuando ni se me había ocurrido escribir este tipo de cosas, seguía a Vallejo y a Steinbeck. Por eso alguna sabrá que Restrepo es una de mis escritoras favoritas.
Aunque este libro es distinto al resto de su obra, no ha dejado de fascinarme su estilo y algunas páginas superlativas. Esa verborrea imparable, coloquial, desenfrenada, recuerda tanto al estilo de Vallejo que me pregunto si no será una forma de hablar o de escribir en Colombia, donde, al parecer, la vida vale menos que aquí, en Argentina. Quiero conocer Colombia. Tal vez alguien que me esté leyendo quiera pagarme un viaje. Sepa que estoy convencido de que hoy, la mejor literatura latinoamericana sale de Colombia (ya vendrá mi reseña de Mario Mendoza).
Un último comentario para los editores del diario La Nación, de Buenos Aires. Tal vez podrían haberse esmerado un poquito más para hacer una edición peor. Les recomiendo a todos que se compren otra, hasta la de bolsillo de Alfaguara, que ya tiene lo suyo.

El guardián en el centeno - J.D. Salinger

Otra vez a meterme con un libro y un escritor míticos, intocables, etc. Qué me importa. ¿Puede ser que no ocurra nada en toda la novela? A un joven lo rajan de su lugar de estudios y viaja hacia su casa, donde parece que le pasan cosas, pero no. No se coge a una prostituta, no toma alcohol en bares porque no le venden a causa de su edad (este capítulo es increíble para nuestra cultura argentina), su hermanita y la mar en coche. ¿Sobrevalorado? Es posible. Supongo que es uno de esos casos donde la alta expectativa termina tiñendo la lectura. No es un mal libro, pero... ¿alcanza para considerar al autor, quien no escribió mucho más, como uno de los más grandes? Los que piensan esto, ¿han leído a Rulfo? Rulfo escribió menos que Salinger, y es mejor. ¿Han leído a Steinbeck? Escribió bibliotecas enteras, y hasta sus novelitas históricas son mejores.
Pero a este libro lo recomiendan en la tele como lectura para adolescentes. Y bué.

Agosto - Rubem Fonseca

Una tarjeta de subte en el interior de este libro marcaba, además de la página donde fue abandonado, la fecha en que lo hice. Diciembre de 2004. Es decir, que lo recomencé casi tres años después. Recuerdo, incluso, haberlo intentado otras veces antes, pero sin éxito. Y me preguntaba qué mierda pasaba. Si los cuentos de Fonseca me fascinan, por qué no podía enganchar con la novela.
Pero enganché. Y cómo. No me explico qué me ocurrió en las ocasiones anteriores. Me pareció una novela superior, y el personaje del comisario Mattos es impresionante, prácticamente de lo mejor de la literatura latinoamericana. La política y la crítica social, el amor y los asesinos a sueldo.
Mattos es un policía honesto y gusta de la ópera. Asiste a una función en la que ve cómo los espectadores se duermen en sus palcos: "Ir a la ópera, a los conciertos, a los museos, fingir que leían a los clásicos, todo hacía parte de la gran escenificación hipócrita de los ricos, cuyo objetivo era mostrar que ellos pertenecían a una clase especial de personas superiores que, al contrario del pueblo ignorante, sabía ver, oír y comer con elegancia y sensibilidad, lo que justificaría la posesión del dinero y el disfrute de todos los privilegios". Tomá mate.