Después de "Satanás", entendí que la literatura colombiana tiene otro candil: Mario Mendoza. Así que compré su nueva novela sin pensarlo dos veces. Sin embargo, esta obra es aún superior a "Satanás" y a lo que yo mismo me imaginaba. Un libro fundamental, una historia de descenso a los infiernos contada con una ternura y un pelín de desapego que no te deja abandonar ningún párrafo.
Parece, a veces, que le falta cierta terminación, cierto trabajo final. Es como si hubiera tenido que entregar la novela rápidamente. Frases como "Los sobrevivientes no daban señales de vida", por ejemplo. Pero estos detalles no logran opacar esta imprescindible novela. Cómo recomendársela a todos.
Un comentario más. ¿Por qué la edición argentina fue impresa en un papel tan choto? El diario del domingo tiene mejor papel. Gris, grueso, calculo que amarilleará en semanas y al término de uno o dos años el libro ni siquiera se podrá abrir. ¿Nacieron los libros descartables? ¿O será el famoso papel ecológico? No, no lo pagué más barato por eso.
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